Lo siento querida, pero ya no me pienso tragar más mentiras. Ya no me creo tu falsa bondad, tu fingida delicadeza. No quiero saber nada de tus cuentos de hadas, no me dejaré manipular por tus ridículos dramas. No soy tu príncipe azul, no vendré a rescatarte cuando estés en apuros. Porque son los que te rodean los que necesitan ser rescatados de ti. Ya no me conmueven tus lágrimas de cocodrilo, ni la belleza de tus facciones Porque sé que no son más que capas y capas de maquillaje cubriendo tu verdadero rostro. Tu verdadero yo.
Puedes quedarte con todos los vestidos y los zapatos de tacón. Ahora que finalmente me he deshecho de la venda con la que me tapabas los ojos, cegándome ante
la realidad, te veo tan fea por fuera como lo eres por dentro.
Lo siento querida, pero nunca seré tu héroe.